Si alguna cosa tenemos por
seguro a lo largo del tiempo y la vida es el cambio, el movimiento perpetuo de
las cosas y el avance del tiempo afecta por igual a casa uno de nosotros a lo
largo y ancho del planeta, las culturas han cambiado, la ciudades se han
modificado, las creencias también han evolucionado…
La anatomía del ser humano
no es la excepción que confirma la regla, la anatomía del hombre ha cambiado conforme ha transcurrido
el tiempo y el paso de los siglos conjunto a la historia. Características que
antes nos parecían esenciales para nuestra supervivencia hoy ya no lo parecen
tanto y como consecuencia simplemente se han atenuado o simplemente han desaparecido.
Un ejemplo claro de lo
antes señalado es la gran presencia de pelaje en el hombre pre-históricos los
cuales carecían de ropa para abrigar sus cuerpos versus la desaparición paulatina
a medida que estos ya no cumplían su fin específico. Esto al igual que otros
atributos que se hace cada vez menos necesarios para facilitar la permanecía de
nuestra especia en este planeta llamado tierra están llamado a desaparecer o
cambiar.
Tal y como han desaparecido o se han transformado partes de nuestra anatomía, también han surgido nuevas extensiones de nuestro cuerpo que sin ser parte necesariamente de nuestra fisiología forman parte importante y en ocasiones inamovibles de nuestra persona.
Tal y como han desaparecido o se han transformado partes de nuestra anatomía, también han surgido nuevas extensiones de nuestro cuerpo que sin ser parte necesariamente de nuestra fisiología forman parte importante y en ocasiones inamovibles de nuestra persona.
El caso que representa a
cabalidad lo señalado es el de aquel pequeño aparato tecnológico que ya casi no
se puede despegar de la palma de nuestra mano... El celular o mejor dicho el “SmartPhone”
paso de ser un simple dispositivo para hacer llamadas a ser una parte de
nuestro ser, dicho cambio sin lugar a dudas se produjo cuando las aplicaciones,
herramienta y por sobre todo la conectividad pasaron a formar parte vital de
nuestra interacción con el mundo y nuestras tareas cotidianas.
Para muchos despegarse del
teléfono parece impensado y en caso de pérdida u olvido pareciera que se está
de cierta forma incompleto y carente de una extensión de nuestra humanidad.
Es bastante común
encontrar por las calles a personas pegadas en las diminutas pantallas de los
equipos monitoreando lo que pasa en las redes sociales, también es frecuente
ver a caminar y conversar. El celular nos brinda una serie de posibilidades que
nos hace desear que estuviera integrado a nuestra anatomía, que su batería se
cargara al contacto con nuestra piel y así prolongar las horas de autonomía e interacción
con esta esencial pieza de nuestra vida.
El celular debe de ser uno
de los inventos más relevantes de los últimos tiempos, solo pensar en su alta tasa
de penetración en la mayoría de los segmentos de la población no hace darnos
cuenta de que así es... casi todos tiene uno y algunos tienen más de uno. En tu caso. ¿Sientes al celular como parte de ti?
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